La lucha de nuestro proyecto de regeneración nacional no comenzó hace doce años; los primeros esbozos de esta cuarta transformación se vieron dibujados en 1988 cuando el Tigre salió a reclamar democracia para nuestro país; fue en ese momento que nos dimos cuenta que “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.
Doce años tuvieron que pasar para que por fin la Cuarta Transformación pudiera llegar de la mano del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador; diversas personas convencidas de que México no podría soportar más sexenios neoliberales, nos reunimos alrededor de su figura; no habría distracciones ni pretensiones personales, era momento de definiciones con la intención de comenzar la era de la transformación pacífica y de la mano del pueblo mexicano.
Hoy el “Tigre” está pleno, convencido de que no regresarán los tiempos de la pobreza, la desesperanza, la corrupción, la desigualdad, la pobreza, el clasismo, la discriminación y la falta de oportunidades. Orgulloso de sí mismo, está convencido de que no volverán las imposiciones, sino que ahora será consultado y tomado en cuenta para llevar a cabo todos y cada uno de los proyectos a los que se aspire encabezar.
En 2024, le pediremos al “Tigre” que nos ayude y confié en nosotros para defender con uñas y dientes un proyecto que nos ha costado mucho sacrificio, sin embargo en las boletas no estará el nombre del hoy Presidente, por eso tendremos que construir un proyecto más allá de un solo líder, tendremos que desarrollar nuevas capacidades para que el pueblo continúe creyendo en la Cuarta Transformación.
De esta reflexión y de mi conocimiento sobre Iztapalapa es que me he permitido construir un proyecto denominado “Sentimientos de Iztapalapa”, un proyecto que considero de vital importancia y cimentado en 4 ejes fundamentales:
#Agua para Iztapalapa: Es necesaria una Ley General de Aguas que permita la coordinación de los tres niveles de gobierno respecto al derecho humano del agua. Para Iztapalapa es necesario reconstruir una nueva infraestructura de captación pluvial y administración del vital líquido, sin embargo para lograr que esta propuesta vea la luz es necesario el apoyo de todas las autoridades en nuestro país.
#Regresar a la Esencia: Significa fortalecer nuestra identidad, cultura y tradiciones en nuestros barrios y pueblos originarios, regresando a la esencia, los valores y la sabiduría ancestral de Iztapalapa. El pueblo organizado en Comités para el Bienestar permitirá que las autoridades de todos los ámbitos visiten periódicamente las colonias, resuelvan problemas y rindan cuentas.
#Vivir con Bienestar: Es indispensable dar oportunidades a las personas de regularizar ciertos temas a las familias iztapalapenses tales como: la titularidad de viviendas y un plan de pagos para ponerse al corriente respecto a las tarifas de luz así como de predial en zonas populares y para personas en situación de pobreza.
#Nueva Economía Social: Es un plan que se enfocará en la generación de empleos para personas mayores de 50 a 64 años, así como un crédito para cooperativas, pequeños negocios y comerciantes.
A la luz de la esperanza y los buenos deseos, este proyecto parece maravilloso pero la buena voluntad no es suficiente, de ahí que resulta tan necesaria la simpatía del pueblo y la obligación de los gobernantes de mandar obedeciendo. Como reza aquella frase tan viva hoy en día: solamente el pueblo salvará al pueblo y el pueblo organizado salvará a la nación.
En este caso, la lucha por el agua no es un tema nuevo o de improvisación, es una preocupación constante en Iztapalapa, la Ciudad de México y de nuestro país entero; sin embargo la ola neoliberal cubrió en todas las esferas, permitiendo las privatizaciones y la venta del país; hoy tenemos al “Tigre” de nuestro lado y es imprescindible no soltar su mano; porque gracias ello se lograron grandes proyectos durante este sexenio: la recuperación de la soberanía energética, los ferrocarriles, las líneas aéreas, etc. El apoyo popular deberá estar volcado en el proyecto que sigue para el futuro inmediato y subsecuente, el que sin duda es: EL AGUA.
Gabriel García Hernández.